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Los átridas (1951)
Sinopsis de la obra
Tragedia.
En Los Átridas se nos presenta en toda su dureza, al igual que en La Llanura, las consecuencias de la guerra civil. Se trata de una pieza comprometida, de denuncia, uno de los objetivos principales del teatro de Martín Recuerda. Una obra de duro realismo cuya representación en Madrid prohibió la censura. La pieza, como otras del autor, trata de pobreza, dolor, soledad y mediocridad dentro de un ambiente claustrofóbico que asfixia a los personajes marcados desde el primer momento por un destino que trasciende al individuo y que está pendiente de la voluntad bélica de quienes manejan el poder. Sin embargo, el tema de los Átridas no es rescatado como hilo argumental a través del que los hechos se reinterpretan con mayor o menor libertad, sino que la palabra Átridas quiere tener un valor simbólico reuniendo en ella la evocación de temas que se repiten hoy como la tragedia de la guerra y sus consecuencias, la situación de la mujer, el abuso del poder, la sangre y los crímenes familiares y, en definitiva, la maldición de cuatro paredes que marcan a los que bajo ellas viven, los envuelven y los determinan.
Se ha insistido mucho en el hecho de que Recuerda se basó en su propia familia para escribir los Átridas, obra en la que las resonancias lorquianas cobran acentos más profundos, sobre todo con relación a La casa de Bemarda Alba.
Para Miguel Ávila Cabezas en su edición crítica de Los átridas, los personajes de esta obra no alientan al cabo ni un ápice de espera ilusionada y, por consiguiente, se evitan, chocan en un ámbito que se va volviendo cada vez más estrecho, se perpetúan en la huida -que no deviene otra verdad que una representación falseada de su derrota moral- e intentan vanamente la salvación, aunque sin fuerzas ya para gritar hacia afuera lo que sienten (la luz sinestésica de un pálido sol poniente entra por la ventana, la luna es el ojo nocturno de un dios apático sobre el cadáver de La muchacha cae, lanzada desde el exterior -ya demasiado tarde-, una rosa pátetica), incapaces de recapitular el establecimiento de una acción empática, esto es, un aumento de identificación afectiva. Así, vencidos, acabarán repitiéndose hasta el agotamiento en la culpa y se consumirán en la entraña sellada de su propio desorden que los ha de conducir irremisiblemente hasta el aislamiento total y, con él, de inmediato, a la nada.
Ediciones impresas
Ayuntamiento de Salobreña (Granada), Editorial Alhulia, Los átridas, Colección Gambullón (1999).
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